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Una de las cosas que más seduce de estos tiempos es la posibilidad de acceder a contenidos diversos y sorprendentes en el internet.
Hace dos días, reproduciendo en Youtube una de mis listas de jazz favoritas, me apareció la publicidad de un curso que encontré ingenioso y desafiante (sobre todo para intentar sacar de su nube a niños que pasan el tiempo absorbidos por las redes sociales).
El profesor a cargo era el artista brasileño Du Salzane quien se autodenomina como un “mecánico de pájaros y mares”.
El curso en cuestión prometía enseñar a construir autómatas de madera, es decir, esculturas artesanales capaces de ejecutar ciertos movimientos gracias a mecanismos internos conectados a una manivela.
Al contrario de lo que se podría pensar, la construcción de este tipo artilugios data de la antiguedad.
Baste con decir que la primera mención a un automatismo se halla ya en la famosa Ilíada de Homero donde se describen a sirvientes mecánicos construidos por Hefesto, el dios de la metalurgia.
Además, a lo largo de la historia, los ejemplos crecen y se multiplican:
Pájaros cantantes, sátiros vertiendo agua, marionetas articuladas impulsadas por aire, etc, etc, etc.
¿De dónde vendrá esta fascinación por los autómatas?
¿Será que nos seduce su utilidad y la posibilidad de delegar los trabajos repetitivos en ellos o hay más?
Podría pensarse así si tomamos en cuenta que la palabra robot significa esclavo, al menos en una de sus acepciones más aceptadas.
No podemos dejar de pensar, sin embargo, y aquí volvemos a los autómatas de Du Salzane, que hay quienes hacen este oficio como un llamado del alma que bien podría nombrarse como vocación.
Esperanzador que en un mundo tan material y tan centrado en lo concreto queden aún personas capaces de crear por placer hermosos castillos en el aire.
Sergio
P.D. 1 – Esa misma pasión que expresa Du Salzane haciendo su arte, es la misma que tenemos nosotros haciendo lo que hacemos.
P.D. 2 – Comunicar tus ideas te permite mostrar tus valores y conectar con gente que está en la misma sintonía.
Para nosotros, las historias y las animaciones que hacemos son importantes pero es más importante transmitir el espíritu que está detrás de nuestro trabajo.
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